jueves, 31 de marzo de 2011

De Bohemia

O de Murano, o de La Granja. Sea cual sea lo mejor es que sea transparente y sin color ninguno ya que sería difícil apreciar los matices del vino. Y a ser posible que tampoco esté tallado por que dificulta la visión del líquido.
Oye, tengo unas copas en aparador monísimas, regalo de boda, pero unas son más rechonchas y otras más altas. ¿Pillo la primera que me venga a la mano?
Pues va a ser que no. Cada copa tiene una forma por que está pensada para apreciar mejor un tipo de vino. Las menos panchudas son para blancos, tintos jóvenes.. Cuanto más haya estado en barrica, las copas se diseñan más redondas y grandes. Pero todas tienen siempre la boca más cerrada para concentrar en ese punto los aromas y poder apreciarlos a la par que catas.
Vaaaale, ¿y la lleno hasta el infinito y más allá ?.
Pues por lo general hasta el punto más ancho en caso de los vinos tintos, en blancos un poco más y en espumosos unos dos tercios del volumen.
Bien, ya lo tengo todo: copa lisa, transparente y llena. Ahora, ¿empezamos a catar?. Pues depende: ¿cómo has cogido la copa, alma de cántaro?. Siempre por el pie, nunca por el balón (lo redondo)  por que se calienta el vino y luego no es igual. Así sólo se toma el coñac.

Y como cada copa es de su madre y de su padre, hay una copa estándar que va muy bien para concursos y catas profesionales: La copa ISO, y no es un premio de golf.

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