viernes, 21 de enero de 2011

Empecemos por el principio

Con esto del blog me he puesto, muy emocionada, a escribir una lista de temas sobre los que hablar. A parte de darme cuenta de que hay infinitos aspectos, me he percatado que la mejor forma es empezar por el principio. Ya irán surgiendo cosas para hablar según pasen los días.
Hay muchos tipos de vid, y cada una proviene de una región del mundo concreta. La que conocemos y que nos interesa es la europea por que da mejor mosto para el vino, aunque la americana tiene también su importancia. Fue descrita y clasificada por un sueco llamado Carlos Linneo allá por el siglo XVIII.
Se trata de un arbusto trepador compuesto (obviamente) de:
1.      Raíces
2.      Tallo/tronco
3.      Brazos
4.      Pulgares
5.      Pámpanos
6.      Hojas
7.      Flores
8.      Frutos
9.      Yemas
10.  Nudos y entrenudos
11.  Zarcillos
De cada parte ya hablaremos otro día laaargo y tendido. Porque tiene miga.
La planta, de hoja caduca, puede dar una o más cosechas al año según dónde se cultive y cómo.
Hay mucha variedad dentro de la especie “vid”: blancas, tintas, más rosaditas, con pulpa blanca o coloreada. Cada una de ellas se llama variedad o cultivar, y comúnmente se les conoce por su propio nombre: tempranillo, godello, listan negro o riesling por poner un ejemplo de las miles que están descritas y se utilizan.
La vid es una planta domesticada por el hombre como pueda ser la lechuga o el melocotón y siempre que se ha movido de lugar se la ha llevado con él, por eso en la actualidad hay no solo en la zona mediterránea, sino en Australia, Sudáfrica o América.
Y como algo en lo que el hombre siempre ha tenido interés, ha experimentado formas para sacar más uva, más sana, más color, más alcohol… o menos, según se necesite. Esto ha llevado al cruce de variedades, sobre todo durante el siglo XIX, y en consecuencia existe mayor variedad genética. No van a ser los guisantes de Mendel los únicos!

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