jueves, 10 de mayo de 2012

Concursos de belleza

Estamos en mitad del periodo de concursos. De belleza no, de vinos. Es decir: el Premio Bacchus, el premio Citadelles du Vin, el de Bruselas, el Decanter....
Por un lado piensas que ya que se presentan del orden de 1.500 vinos por concurso por qué te lo van a dar a ti. Por otro piensas que por qué no, que tu niño es el más bonito. Y te presentas. Lo pasas peor que esperando la nota del último examen de la carrera...
Primero pasas de pensar en ello. Pero ves que pasan los días y no puedes quitar el ojo de la fecha de los resultados.  Cuanto más se acerca más nerviosa estas. Ese día no aguantas. Te clavas frente al ordenador intentando entrar en la página desde las 9 de la mañana, pero está colapsado. Cuando parece que ya va, se te cuelga. Tras pegarle una patada, te quedas sin Internet. En ese momento ya estás fuera de ti, reniegas y apagas el trasto del demonio ese.
Y a la media hora, te llama un bodeguero amigo tuyo y te dice que te han dado uno de los premios. Empiezas a dar botes de alegría, tu madre (que vive a 200km) lo escucha y te llama. Todo es un jolgorio...
Y esa es la razón de que el techo del laboratorio se cambie y se pinte todos los años.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario